La señora Dalloway:
La señora Dalloway, es la primera de las novelas
con que Virginia Woolf revolucionó la narrativa de su tiempo, relata un día en
la vida londinense de Clarissa, una dama de alta alcurnia casada con un diputado
conservador y madre de una adolescente.
Resumen de la obra:
La historia comienza una soleada mañana de 1923 y
termina esa misma noche, cuando empiezan a retirarse los invitados de una
fiesta que se celebra en la mansión de los Dalloway. Aunque en el curso del día
suceda un hecho trágico -el suicidio de un joven que volvió de la guerra con la
mente perturbada-, lo verdaderamente esencial de la obra estriba en que los
hechos están narrados desde la mente de los personajes, con un lenguaje capaz
de dibujar los meandros y ritmos escurridizos de la conciencia y de expresar la
condición de la mujer de un modo a la vez íntimo y objetivo.
Casi ochenta años después de su aparición, La
señora Dalloway conserva intactas la oscura belleza y la originalidad que le
permitieron ingresar en la restringida familia de los clásicos del siglo XX.
Análisis:
La señora
Dalloway es un laberinto de pensamientos costoso de explorar que obliga al
ejercicio mental de descifrar las múltiples personalidades mediante el monólogo
interior intrascendente. Las distintas personalidades quedan reducidas de
esta forma a la simple perspectiva subjetiva del lector, que se forja una idea
descriptiva de las propias fases anímicas de la escritora. La fase más
interesante es la que se corresponde con el personaje de Septimus, pero es
descrita desde un punto de vista demasiado lejano, demasiado aparente para
poder apreciar los detalles interiores del suicidio. La delineación del
personaje explicada por terceros, como la distante Rezia, lo deja vacío, es una
pena que Virginia no mostrase la misma delicadeza introspectiva con él, que con
el resto de personalidades. Parece que la escritora huya de sus debilidades, lo
que repercute aniquilando el valor emocional y la profundidad del relato, y se
dedique a la mera contemplación de lo vanal. Es una novela sin acción ni
misterio que se centra en lo cotidiano, una trama que mata mi curiosidad de
forma poética, eso sí, y repleta de metáforas. Carece de expectación por su
falta de objetivo, es decir, no indaga en las figuras del modo adecuado para
poder comprenderles, se limita a visibilidad de pensamientos frívolos que
en realidad no importan. Se trata de un acercamiento a la psicología bastante
desafortunado a pesar de sus intentos por seguir a Freud y examinar hechos muy
concretos del pasado de los personajes.
A pesar
de esto, “La señora Dalloway” es una novela escrita con un estilo original que
merece ser elogiado. El monólogo interior, arbitrario en muchos casos, quizás
no permita descubrir el origen del comportamiento de los personajes, pero hay
que reconocer que describe bastante bien un estado y pensamiento puntuales. Permite
entender el irreal estrés que provoca la sociedad en Clarissa, la desesperación
de Rezia, la originalidad de Sally, la debilidad de Peter Walsh, etc…son
fragmentos fugaces que en suma dibujan la personalidad de la propia escritora y
sus distintas vertientes. Se trata de un curioso estilo auto descriptivo, que
no autobiográfico porque carece de la acción y búsqueda de la verdad
necesarios. Es una obra que ha de contemplarse como un todo, sin disgregar los
elementos, ya que al analizar parte por parte la trama, cada uno de los
personajes y el entorno, la novela carece del mínimo interés. En suma, sin
embargo, conforman el paseo descriptivo por los estados anímicos de Virginia,
un paseo frívolo por el camino que la condujo al suicidio
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